Entrada improvisada 

Al rededor de un año ha pasado desde que algo se ha escrito en este blog. No pienso engañar a las dos personas que se equivocaron de link y terminaron leyendo esta entrada: lo hago única y exclusivamente porque quedé varado cerca de una hora sin nada qué hacer.

Sería mentira decir que no he querido compartir algo aquí pues en el período vacacional contaba con un registro de posibles temas; material audiovisual inclusive. Espero encontrar la motivación necesario para llenar los textos que pude haber escrito en algún momento pero por el momento quiero ocuparme con mi última actividad. Y digo la última porque de hecho aún no ha concluido.

Ya tiene algunos  -¿varios?- años que se ha impulsado el uso de medios alternativo al automóvil en la ciudad (de México si es que el surcoreano que alguna vez entró aquí se volvió a equivocar). Contrario a lo que uno esperaría, este joven a quien se le enseñó a dejar las rueditas de entrenamiento de forma paralela a las leyes de los radicales (o sea en prepa…) viaja a la universidad en es bicicleta. No es constante el uso mas cuando las horas de sueño lo permiten lo hago con gusto. 

Esta introducción no tuvo más que el fin de comentar qué sucede si un día llueve y te viniste en bici a la escuela.

Lo primero fue el esperar tres horas, en las que aproveché para comer y acabar una tarea ( cosa que no hubiera logrado en el hogar). Las consecuencias más allá no fueron mayores. Pedalee un tramo sobre una avenida en la misma forma en la que lo hago sin una humedad relativa del 100%. Decidí no continuar por el hecho de no tener salpicaduras que evitarán el paso del agua por mi espalda hacia mis pantalones. 


Sin embargo, la solución fue el transporte público. Aparentemente no muchos lo saben (y por eso esta entrada pitera) pero es posible después de las 22:00 ingresar al MB( o cualquier nombre sin sentido que tenga el transporte  equivalente en su ciudad provinciana favorita) con una bicicleta. 


El problema es que a unos minutos antes de mi ingreso por derecho, las instalaciones de veían llenas. Pero a unos 15 minutos de eso no fue más una dificultad. 
 

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Desnudas cartas de despedida Pt. 2

En este post  continúa el ensayo de las obras El matemático por Arturo Azuela y Confesiones de un alma bella  de J. W. von Goethe. La primera parte la pueden leer haciendo click aquí. O bien aquí. En realidad da igual cual usen; eso sólo fue un muy mal chiste.


 …

Para el matemático es gracias a un profesor quijotesco que descubre su profesión. Apenas en secundaria le es explicado sobre John Napier y el logaritmo cuando la voz del  matemático salta a primer plano y recuerda a Valeria, la única mujer –confiesa– en todas horas y todos los espacios. Recuerda que ella no está y su soledad lo obliga a vivir de nuevo el momento crucial con melancolía por lo que no es casual que el preámbulo a este recuerdo sea cuando veía la inmensidad de los astros.

Se maravilla por la lección del logaritmo natural y sus aplicaciones pues ve su utilidad en la astronomía y en las ciencias. La ausencia de Valeria y la muerte de Monique –madre de sus hijos– lo llevan a esa tarde en su salón de clases tras hablar todo un capítulo  de El Gran Geómetra, el único con la capacidad de construir el universo de un modo tan elegante y perfecto, el que lo conducía como un director de orquesta en lo basto que era su creación.

Es después de encontrar una forma del amigo invisible del alma bella que Philip Cunningham se decide por su profesión.

“sabía que […] llegaría a descubrimientos matemáticas jamás imaginados. Al fin era consciente de un nuevo talento, quizá decisivo a largo plazo, en un universo de sucesos imprevistos, de incertidumbres y ansiedades, de profundos desconciertos” (Azuela 1988).

Quiere él tener las herramientas y el lenguaje necesario para entender la obra del Geómetra que dio inspiración a las Armonías que Kepler veía en la bóveda celeste. La idea de las matemáticas fue intrínseca en él pues así es como interioriza al mundo, a través de la lengua que el Geómetra escribe en el cielo en cada evento. 

Para el alma bella, el momento donde es consciente de sí es más reconfortante empero igual de vehemente. Narciso, hombre con el que empieza una relación sentimental es en una fiesta agraviado por el ebrio anfitrión. Es el alma bella quien –según parecía–  aisló de todo peligro mas descubre minutos después que de la espalda de su querido Narciso fluye un río de sangre. Sigue leyendo

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Desnudas cartas de despedida Pt.1

Esta es la primera parte de un ensayo dedicado a dos libros que recomiendo leer. Sin más que decir dejo el texto a continuación tendiendo como apertura un cita del filósofo Paul Feyerabend. Espero lo disfruten y en cuanto la segunda parte sea publicada la podrán encontrar haciendo click aquí.


Desnudas cartas de despedida

A scientist, an artist, a citizen is not like a child who needs
papa methodology and mama rationality to give him
security and direction, he can take care of himself, for he is
the inventor not only of laws, theories, pictures, plays, forms of
music, ways of dealing with his fellow man, institutions,
but also entire world view, he is the inventor of entire forms of like.

– Paul Feyerabend

Todo tiene un Alfa y un Omega. Cualquier manifestación de un ser es parte de un ciclo común caracterizado por la presencia de un inicio y de un fin. Las generaciones, las corrientes literarias y los paradigmas científicos son un claro ejemplo de aquellos. Lo emergente y lo luctuoso son puntos críticos. El ser humano por supuesto no está exento de tales caminos sin embargo, la forma de transitarlos deviene en distintas actitudes y percepciones. Es posible concluir que los kilómetros anteriores fueron más formidables en comparación con el final del recorrido como también lo es que no se llegará a ver el esplendor de los trayectos que ya no podrán ser transitados.

En la literatura moderna y contemporánea se ha hablado de aquellos quienes adquieren una sensibilización suficiente para interpretar las tendencias de su posición geográfica y temporal. El porvenir o el pasado los interpelan y estos se deciden por uno de los dos. Es entonces cuando estos bellos seres salen a relucir mas ¿cómo se revelan estas bellas almas?

Arturo Azuela, intelectual crítico, periodista, historiador y matemático; más que otra cosa un hombre de letras y de ciencias, buscó indudablemente la universalidad en su formación. En 1988 publicó una novela que lleva por título El matemático. Lo que destaca de esta narración no sólo es la calidad del lenguaje presente en ella o la temática crítica que abarca, sino  también la estrecha relación que tiene con un libro que podría pensarse –erróneamente– lejos en cualquier dimensión –a dos siglos de distancia y con un atlántico en medio de los dos–: Bekenntnisse einer schöne Seele de Johann Wolfgang von Goethe.

J. W. von Goethe, el último hombre universal, es el poseedor de un lugar inamovible en las letras universales y en la filosofía alemana. Publicó entre 1795 y 1796 su segunda novela titulada Wilhelm Meisters Lehrjahren (Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister). Ésta se encuentra dividida en ocho tomos diferentes y entre ellos puede leerse por separado el sexto volumen: Bekenntnisse einer schöne Seele, o en español: Confesiones de un alma bella.

Cabe recalcar que a pesar de situarse ambas obras en distintas sociedades y épocas, los personajes son afligidos por el mismo fantasma. El escrito de Arturo Azuela cuenta en tres partes –divididas a su vez en capítulos– la vida del matemático Philip Cunningham en retrospectiva. Él recuerda a través del libro su infancia y los congresos a los que asistió frente a su ecuación, su obra final en el umbral del siglo XX. Confesiones de un alma bella también canta la vida del personaje principal y describe los andares de una mujer llamada por su autor como un “alma bella” pero a diferencia de El matemático está escrito en primera persona. En los dos casos los protagonistas se encuentran en la última parte de su vida.
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What Does Viper Venom Do To Blood? | I Fucking Love Science

Hace mucho tiempo que no he escrito algo aquí pero ya está en proceso algo que espero sea de mucho interés. Por el momento los dejo con este video y la fuente donde lo encontré para que se maravillen –o aterroricen– sobre qué pasa a la sangre cuando una sola gota de veneno es mezclada con ella.

What Does Viper Venom Do To Blood? | I Fucking Love Science.

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02/07/2014 · 18:06

La marrana negra de la música rosa

Recientemente el grupo de indie-rock Metric –por alguna razón muy expuesto en este blog– publicó el video oficial de Lost Kitten. La banda canadiense decidió grabar el video de esta canción en México. En éste se observan las calles del centro histórico, los parabuses verdes de las avenidas concurridas, tianguis pintados con su típico color rosa anaranjado y finalmente el canal de Xochimilco. La cotidianidad del país en una expresión muy pocas veces seleccionada.

Algo que llamó mi atención inmediatamente fue naturalmente el gran contraste que sale a relucir. Algo que he notado –al menos en la experiencia que he tenido– es que el tema de las «vestidas» es algo muy delicado en la sociedad del país. Que no se hable sobre hombres que se visten como mujeres o que utilizan accesorios únicos de de ellas porque el ambiente se transforma. Y de repente llega este grupo de música y graba a un hombre moreno y alto en tacones caminando por el centro y ¡transeúntes tomando un roll activo en la grabación!

Las costumbres o estilos de vida que enfrentan la forma de vida ortodoxa no siempre son recibidos con brazos abiertos. Desde nuestro lenguaje observamos una inclinación hacia la marginación de los mariconeshacia la exclusión  de los putos. Y sin embargo, durante la filmación de la grabación se dice no hubo ningún inconveniente. En el video los espectadores fueron promotores de la ambientación del video: quien personificaba al alto hombre en tacones era llamado El Guapo mientras recorría las calles del Distrito Federal. Él también adopta una postura de orgullo e importante destacar que jamás baja la mirada –según yo muy certero a la realidad–.

La escena del video, podría decir yo, fue sacada de un cuento inédito de Carlos Velázquez. Este autor norteño tiene el sello distintivo de escribir desde afuera, desde los llamados grupos vulnerables. 

[tweet https://twitter.com/Charfornication/status/407780864710287360]

En su libro de cuentos La Marrana Negra de la Literatura Rosa nos enseña pasajes llenos de una cotidianidad que parece irreal. Prostitutas bisexuales, trata de personas, hombres que odian a su esposa y se visten como bebes mientras finge un amigo amamantarlo y , por su puesto, cerdas con un nivel erótico extremo. Micro-realidades que aunque ninguno haya vivido tal vez en carne y hueso son totalmente concebibles en nuestra sociedad.

En el video de Metric podemos observar que sobre la historia principal que trata Este autor maneja una estructura muy rica en el sentido de que es un reto para los Sobre la búsqueda del joven por su madre se escabullen en ocasiones diálogos con Lectores y que no solamente se cuenta con una temporalidad lineal. Muchas veces Transeúntes o comerciantes. También hay veces en las que sobresale la voz Del los pensamientos de los personajes toman la escena abruptamente, interrumpiendo Hombre sobre la de la canción e incluso hacen un unísono. Es ahí cuando los niveles A otra voz narrativa como si no importase que ahí estuviesen. Tres personajes hablan al Líricos se cruzan.
Mismo tiempo y ningún signo de puntuación nos lo marca.

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¿Quién sabe? Lo cotidiano suena raro en nuestros tiempos. Tacones. Tal vez México no es lo que se cree. Lúgubre Muchas veces recibimos sorpresas. Panorama. El presentimiento me agrada. Caballo.

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Somnium / Yume

¿Qué eventos nos han marcado culturalmente? No me refiero a la música que se escucha en las calles ni a la ropa que utilizamos –al menos no esta vez– sino a eventos que antes se pensaban imposibles. Pareciera que ya no hay antes-y-después. Los sucesos de estos tiempos parecieran tan monótonos y aburridos que pasan inadvertidos ante nosotros inclusive. Últimamente –al menos como una observación generalizada y por consecuente errada– no nos maravillamos con pequeños detalles: cualquier cosa se hace por computadora.

1969

Mohri, embajador de Japón en México Megata y  Dr. José Franco

Mohri, embajador de Japón en México Megata y Dr. José Franco

El primer hombre llega a la Luna. Se habla entre susurros de cómo la gente en todo el planeta vivió este evento. Es cierto que no todo el mundo lo vio: no todos tenían televisor, unos debían lidiar con cosas más importantes.  Que unos de entre miles de millones pudieran salir del planeta no significa que el mundo se iba a detener por ellos. Sin embargo, hubo a quienes su salida les forjó el futuro y ellos –creo un poco con ilusión– no se pueden contar.

Mamoru Mohri es uno de ese conjunto. Menciona él que aquel  20 de Julio estaba tan emocionado que pidió a su hermano mayor le tomara una foto junto al televisor mientras la transmisión estaba al aire. A partir de ese momento quiso ser astronauta pero lamentablemente en su época eso era posible si uno era ruso o estadounidense. Se volvió científico.

Años después logró su sueño. Se lanzó una convocatoria para el primer astronauta japonés que participaría en una misión de la NASA. Tras dos años de tramites comenzó su entrenamiento. Actualmente es directos de un museo de ciencias emergente en Japón.

Tras contar sus experiencias, el veterano japonés hablaba sobre la belleza de la tierra. Una pena es que por muy bella que sea, los problemas a los que se enfrenta no pueden ser omitidos. Había zonas donde la selva desaparecía en linea recta. La deforestación se veía desde el espacio.

Desde el espació no se pueden observar las fronteras del hombre. Sin embargo sí se distinguen unas.

Mohri

Este evento marcó tanto a un hombre y a una generación que aún las reminiscencias de 1969 llegan a nuestros días de forma imponente. Y no es que no hayan sucedido cosas del mismo calibre. En los últimos tres años han ocurrido revoluciones, revueltas, el hallazgo que partículas que permiten que exista la masa, descubrimientos de planetas parecidos a la Tierra. Pero cómo no llegan al nivel del primer hombre en la Luna.

Si algo aprendí de Mohri es que por muy bello que sea el mundo, por muy maravillosa que sea la naturaleza –no por nada veíamos cómo jugaba cual niño en el espacio–, el planeta está lleno de problemas. NO POR ESO TRISTE. Es decir, por algo han habido movimientos sociales, acciones científicas y difusión de soluciones para ciertos percances llámesen calentamiento global, dictaduras, atentados contra el flujo libre de la información, etc.

¿Pero por qué no ha ocurrido algo tan grande en Irán que marque a un niño colombiano? ¿Por qué en Canadá no se ha descubierto un artefacto que dispare la imaginación de un sudafricano? Ojalá este texto sea absurdo y estas dos preguntas sean comprobadas como falsas pero los eventos mundiales carecen de elementos poéticos. Kepler escribió Somnium y logró predecir leyes de inercia y maquinas que llegaban a otros planetas. La misma idea inspiró a Mohri para crear programas de educación en ciencias básicas y de monitoreo satelital que concluyo como una decrecimiento exponencial en la tala del Amazonas.

Espero que en días cercanos a estos los nuevos sueños sean compartidos en todo el mundo. Pero que esos sueños no sean eclipsados por una realidad tan impactante que parece normalizada en el día a día. Si tan solo concibiéramos el presente no como un ahora inmediato, sino como los horizontes de los sueños de anteriores, nuestros sueños serían más fácilmente de encarnar.

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Emily Haines on Lou Reed

Sé que el tema de este post estará un poco atrasado pero aún merece la pena escribirlo. La muerte de Lou Reed fue algo que generó mucho ruido en todas las redes sociales. Artistas publicaron su pésame en Facebook. En Twitter la noticia fluyó en poco tiempo. Supongo que fue difícil que la gente no se enterara de el desafortunado evento de hace unos días.

Emily Haines, cantante de Metric, no hizo totalmente públicas sus condolencias. Mientras que disqueras publicaban fotos del ex-cantante de The Velvet Underground, Haines tuvo un toque más cercano. Fue solamente a través de un mail que se difundió que rindió homenaje a su cercano amigo. El mail fue recibido por aquellos que se registraron en su página y que con relativa frecuencia reciben crónicas de la banda acompasadas comúnmente de fotografías.

Aquí, un copy/paste  del mail:

Sha La La, Man

When Lou Reed asked me, “Emily Haines, who would you rather be, the Beatles or the Rolling Stones,” I shot back, “The Velvet Underground.” Quick thinking, sure, but also the truth. In our song “Gimme Sympathy,” we lament the fact that none of us living today are likely to achieve the stature or saturation the signature acts of that era enjoyed. But for me none of that music comes close to the contribution Lou Reed has made to the world. It’s immeasurable. Famously cranky, his integrity is unrivaled. He irritated everyone with difficult music. He refused to spend his life re-writing “Walk on the Wild Side,” effectively sparing himself a lifetime of boring conversations with fools. Anyone who couldn’t see that his tough exterior was an essential shield for the man who gave us “Pale Blue Eyes,” with all its intimacy and relatable sadness, has missed the point of his life completely.

I’m not one to proclaim fated encounters, but it seems as though everyone I know who had the power to bring Lou and me together used it to make it happen. A strange combination of forces channeled Hal Willner through Kevin Drew through Kevin Hearn through Neil Young’s “A Man Needs a Maid” and that was that. When we finally did meet, it was obvious and easy, like an idea that’s been floating around for years and then one day emerges effortlessly, fully formed. Our connection was free of the fawning fandom and nauseating idolatry that so often characterizes such show biz interactions between a young woman and an older man. Sigue leyendo

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La vida de Óscar Olmos

The pain did not grow less but Ivan Ilych made efforts to force himself to think that he was better. But as son as he had any unpleasantness with his wife, any lack of success in his official work, or held bad cards at bridge, he was at once acutely sensible of his disease.

The Death of Ivan Ilych
Leo Tolstoy

Antes de llegar al coche que tuvo que comprar de segunda mano, apagó la computadora y las luces de su pequeña oficina. Para bajar al estacionamiento llamó al ascensor y bajó los doce pisos del edificio. La música de Jazz típica de los elevadores no llegaba a sus oídos pues mientras descendía aún pensaba en lo acontecido hace seis noches. Al pararse ante su coche introduce la llave lentamente en la cerradura. Da una revolución y media a la izquierda y la jala tres milímetros , continua girándola. Finalmente puede entrar a su coche.

La hora pico ya ha terminado y duda acerca del destino que escogería. Oye por el radio que su equipo de futbol ha perdido el partido y opta entonces por la opción de todos los jueves. Se detendría como casi todas las veces ante ellas, platicarían un rato y  subiría a las dos con el mejor cuerpo a su coche. De ahí las llevaría al Hotel Garage más cercano y rentaría el cuarto más barato para después sentir la misma sensación de extrañeza de todos los jueves.

Después de hacer todo esto se ve obligado a pagar por los servicios a las señoritas que lo atendieron. ¿Por qué les tengo que dar propina? A pesar de eso, les da la mitad de lo que le cobraron. En el instante en el que salieron se terminó de abotonar los botones fríos de su camisa percudida. Se termina de vestir y se acuesta sobre la cama. Parece que la vida se le escapa por entre los dientes: sus movimiento son nulos; su respiración, débil; sus ojos cerrados.

Recuerda el ritmo del Jazz que escuchó al salir de la oficina. Entonces cae en cuenta que trabajará al día siguiente y se levanta. Sale del cuarto, paga la renta del mismo y también los destrozos que hicieron las prostitutas al salir de la recamara. Lo esperamos la próxima semana, sr. Ólmos. Nos vemos, corazón. Mientras se aleja, se  pregunta cómo una joven como ella había terminado en ese lugar. Si bien no es bonita de rostro, tampoco es fea. Su corazón es bellísimo. Desgraciadamente esta reflexión se desvanece mientras recuerda todas las fantasías que tiene con ella.

***

Mientras Óscar Ólmos pasa por las puertas giratorias del edificio donde labora y todas las miradas se posan sobre él como si lo atravesaran, el reloj de la recepción se detiene. Sus pasos vigorosos marcan el ritmo de todas las actividades del vestíbulo y los mismos segundos lo dejan brillar. Ninguna persona –y tampoco ningún objeto– se atreve a romper la armonía dirigida por los tacones de Óscar Ólmos y no importa si esto retrasa las actividades del día y tampoco si las dificulta: él es el director de orquestra.

Él no sabe por qué últimamente le encienden la computadora antes de su llegada mas le agradaba. Se sienta y de inmediato comienza a trabajar en el documento de la noche anterior. Diana  Jiménez; sí. Daniel Anaya; sí. Sus susurros retumban en el cuarto de dos metros y medio por lado.  Sus ocho horas de labor seguían una secuencia similar a menos que ella entrara pero él sabe que ya no tendrá más esos ratos de recreación. Óscar extraña cuando se quedaban hasta tarde y todo el piso les pertenecía. Sofía Contreras. Suspiro y silencio. Sí. Él susurra con dolor.

Es la hora de la comida y Sofía pasa por él a su oficina. ¿Vamos a donde siempre, Óscar? Sí, vamos. Caminan juntos como de costumbre pero esta vez no bajarían por las escaleras de emergencia, sino por el elevador. Ya dentro de éste nace un silencio incómodo apaciguado sólo por la molesta música de Jazz que altera gradualmente a Óscar. Llegan a la planta baja y cruzan la calle. Al entrar al café de siempre, ve Óscar la NatGeo del mes y la ojea mientras Sofía escoge la mesa. ¿Sabías que una mantis religiosas macho para tener un orgasmo debe cortársele la cabeza por su pareja? ¡Qué bueno que nunca tuve que hacer eso contigo! Óscar no ríe y Sofia nota que no debió haber hecho ese comentario. La comida continua a través de un silencio perpetuo. Hace dos semanas que volvía ver a Leonardo. Oscar mantiene su voto de silencio.

Cada quien paga su consumo y regresan a las oficinas. Yo nunca dejé los jueves de putas y estoy seguro que Leo tampoco. ¡Óscar! ¡Eres un asco! Por segunda vez en el día Óscar es el centro de atención en el lobby del edificio. El tiempo detiene su trayecto una vez más, sólo que esta vez sí lo puede sentir Óscar. Lo percibe en cuanto Sofía lo cachetea y en cuanto lo abandona con el paso acelerado tan típico de los indignados. Óscar imita al reloj y se congela. Las demás personas en la recepción le hacen un favor y pretenden ignorarlo. Cuando llega a  su respectivo piso comienza a caminar desde las puertas del ascensor hacia su oficina y azota la puerta para hacer saber que no quiere ser molestado.

El silencio nacido en la comida se hace presente entre los espectadores de la pequeña escena de Óscar. Lástima que se retirará en cinco minutos cuando un grito de agonía salga de su oficina.

Abre el documento que todavía no termina. Teclea con gran intencidad y oye llegar un correo. Lo revisa y se trata de su suscripción a la NatGeo. Observa a la mantis de la portada. Avienta los papeles del escritorio. Abre el explorador y busca videos porno. Sofía Contreras. Ya no hay suspiro ni silencio. Agarra unas tijeras del cajón. Él susurraba con dolor. Ahora grita con él.

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Microhistorias del D.F 3.0

En los últimos años ha incrementado el número de personas que escuchan música al andar por la calle. Con la simple observación  en un día cualquiera en el transporte público puede comprobarse. Jóvenes, adultos mayores y parejas inclusive son quienes utilizan audífonos multicolores y fluorescentes en lugar de los pasacalles de la España barroca.

La música que se escucha es tan variada como las personas. Preguntas sobre el género que más se escucha o el volumen al que se escuchan pueden ser un gran campo para investigar pero eso no acontece a este post. ¿Qué pasa con los que no traen audífonos? Ése es el tema a discutir.

En el Centro Histórico de la Ciudad de México se encuentra uno con infinidad de elementos surreales y extraños según la vida standard de un trabajador. A una cuadra del MUNAL hacia Madero, la esquina se convierte en  un escenario. SI bien no capturé al los distinguidos personajes del cuarteto de invidentes, sí tengo en video una improvisación de un grupo de Jazz. Huelga decir que el guitarrista fue visto en el Nueva Orleans, lugar donde se toca Blues y Jazz sobre avenida Revolución.

Chapultepec a pesar de ser un sitio turístico, es desconocido. Cerca de los Baños de Moctezuma –exactamente atrás de estos para ser más precisos– Sigue leyendo

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Construcción

El simple hecho de opinar implica tener una visión sobre algo. Una opinión es una idea sin demostración; un juicio sobre algo que se va a cuestionar. Es una acción simple –en itálica– ya que el proceso para tener una opinión es muy desarrollado y las implicaciones de tener una opinión son extraordinarias.

Para poder opinar, es necesario tener algo sobre qué opinar. Éste puede ser un objeto concreto, un término, un concepto, una acción, etc. Ahora, para poder localizar este objeto es necesario saber que existe de alguna manera: ya sea como una idea o algo palpable. La única forma de conocer la posibilidad de que algo exista es sentirlo.

Estar en contacto con el objeto de estudio es mandatorio. Ya sea oyéndolo o viéndolo. Con los sentidos que tiene el Hombre, se puede conocer a más detalle el objeto. Se analiza y puede verse desde distintos enfoques: se fragmenta el objeto y se analiza por partes o se ve como un todo. En cualquier caso, se tiene la finalidad de tener más información sobre él.

La opinión que se pueda tener de el objeto en este punto es ridícula. Si se describe el objeto como un cubo verde , por ejemplo, es absurdo opinar que el cubo es verde. Conocer más sobre el objeto sólo da herramientas para verlo a través de los ojos de uno mismo, pero no verlo con los ojos del rostro, sino con los de la mente.

Se puede pensar que el cubo es verde –siguiendo con el ejemplo– ya que es viejo y le creció musgo –¡Ah, entonces el cubo esta en la intemperie!–. O bien, alguien lo pintó –Pues así resiste más el material– porque iba a usarlo de ornamenta –aunque para eso lo hubiera pintado rojo–. Puede ser el caso que todos los demás cubos –porque hay más seguramente– son verdes también o porque el verde evoca lo ecológico –no es sorpresa que esté de moda– y se quiere que en el futuro se recuerde tal movimiento social. Otra opción es que al cubo le gusta ser verde.

Todas las simples opiniones mencionadas arriba implican: recordar procesos totalmente distintos al caso que se ocupa y una transferencia de sus principios a uno nuevo, explicaciones con hechos que ya se saben ciertos, encontrar sucesos que tomaron lugar en el pasado que satisfagan que el cubo sea verde, eventos futuros que se desprendan del cubo verde que pueden o no ser excluyentes entre sí, es decir, que pueden suceder varios al mismo tiempo o sólo uno entre todos, de igual manera se toma en cuenta el imaginario colectivo, esqueletos de parámetros que se comparten por más de uno –en el ejemplo la relación ecología-verde–.

La opinión para ser dada requiere que el objeto sea visto en realidades posibles que satisfagan su razón de ser o de comportase. Tales realidades están moldeadas por quien las imagina o piensa –nótese que ya no sólo se siente, sino que va más allá–. Pero al ya pensarse y comprobar con la experiencia, la opinión puede fundamentarse y sostenerse en argumentos más sólidos, y como ya no carece de una demostración, se habla de algo diferente. Ahora se habla de una Interpretación.

Interpretar implica Opinar pero no viceversa. El cubo no es verde porque quiere pues es inanimado. No hay una demostración de que pueda ser posible tal evento y todos los enlistados arriba, sí son posibles. Pero para que hayan podido ser posibles se sometieron a un proceso de transformación en una realidad hipotética.

EL objeto pasó por la mente de su observador, por sus experiencias, sus enseñanzas adquiridas, sus convenciones, sus futuros y sus pasados. El observador, al interpretarlo le dio al objeto parte de su historia. El objeto, ya interpretado, es entonces una creación de quien lo vio; el objeto tras la interpretación es una construcción de quien lo percibió. Interpretar es –en cualquier ámbito humano– crear.

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