«Heroína futurista»

Muchas veces cuando haces las cosas bien, nadie lo nota* y con José Saramago no hay excepción. «Las intermitencias de la muerte» fue el primer libro realmente bueno que leí y eso fue cuando estaba en tercero de secundaria.

En ese año se nos encargó a los alumnos redactar un artículo de opinión. Y después de meditarlo por una semana, se me ocurrió hacerlo sobre un experimento en el que se ampliaba la vida de los ratones aproximadamente tres semanas mediante una inyección que hacía descender la temperatura promedio del espécimen. Si esto se llegara a perfeccionar y se aplicara en humanos –dijo el Doctor encargado de esto– se podría aumentar la esperanza de vida humana, e incluso hasta doblarla.